jueves, 23 de diciembre de 2010

"La triste armadura"

(Una prosa poética de Alba Valverde Frías, 1º Bach. C)


¿Cómo unas simples palabras, en un corto plazo de tiempo, pueden hacer tanto daño? Esta es la historia de la coraza vacía, por una vez que creía que conseguiría llenar esa coraza, por una vez... se quedó en medio del camino, sin saber por dónde tirar. Pero la coraza ya lo tiene claro, seguirá siendo esa armadura de metal, abollada por todos lados, pero capaz de recibir la más dura embestida. Tuvo que elegir, ella sabe que eligió el camino correcto, pero le duele en lo más profundo de su vacío. Quizás esa coraza vacía, quizás... no sea esa aparente armadura resistente, quizás haya algo. No podía creer lo que estaba oyendo, ella ya no estaba allí. Se marchó, y bajo la lluvia comenzó a oxidarse. El agua le recorría la cara, se metía entre las tuercas de esa débil armadura, lo cuál acentuaba su dolor. Se dio cuenta de que sentía, no era el metal sin corazón que creía ser, pero a la vez se arrepentía de haberse dado cuenta. Quizás esa armadura sea yo, quizás... vuelva a ser esa armadura resistente, o quizás se quede con el corazón al desnudo, cubierto de ese terrible óxido. La armadura, esa coraza, se está destrozando, sabe que ese dolor solo será suyo. Y continuamente se pregunta: ¿por qué el bello jilguero, que se apoyaba en su armadura, el que le hacía llegar a lo más alto, olvidarse de la coraza que le cubría, por qué se tuvo que enamorar de su linda mariposa, de su gran amiga, la que siempre le hacía reír, la inseparable mariposa, la que le recordaba que tenía corazón? ¿Por qué? ¿Por qué tengo que volver a mis terribles oscuridades, a mis terribles tinieblas? LA CORAZA YA DECIDIÓ…

miércoles, 15 de diciembre de 2010

"Las troyanas", versión de Norbac Erfus


(Una crítica teatral de Cristina Lirola y Lorena Luque, 4º C)

Las esposas de los troyanos muertos en la guerra aguardan a ver qué les depara el destino cuando su ciudad, Troya, está a punto de consumirse en llamas… En nuestra opinión la puesta en escena de “Las Troyanas” por el grupo ejidense Norbac Erfus tenía aspectos muy positivos, pero otros bastante primarios. El Caballo de Troya estaba muy bien trabajado y era bastante espectacular, así como los carruajes con materiales reciclables. Pero por otro lado existía atrezo, como los pilares realizados con gomaespuma y pintados con spray, que daban mala impresión. El vestuario era adecuado, aunque algunos de los trajes eran demasiado futuristas para una obra ambientada en esa época. La iluminación era apropiada, jugando con los contrastes del caballo como símbolo de la historia. En cuanto a los actores, la interpretación fue normal -destaca Casandra-, ya que se trata de actores y actrices aficionados, cuyas carreras no se han centrado en la interpretación, eso sí, se han ido formando y trabajando, y son ya muchos los años que realizan espectáculos, por lo que cada año van superando un peldaño más. Para quien no conozca el argumento, el texto a veces se hacía pesado y te perdías en momentos en la historia. La obra tenía momentos de mucha angustia y violencia, como cuando los soldados no dejaban de pegar a las mujeres y al público asistente con una especie de “churro de playa” que no hacía daño, pero hacía bastante ruido y parecía real, una muy buena idea por su parte. Una obra poco entretenida, pero muy bien ambientada y con un texto complejo. Los enamorados de los clásicos y los relatos históricos tienen oportunidad de verla, aunque creemos que el que no la haya visto es porque no ha querido, porque quizá la han explotado demasiado. (La voz del IES Murgi, 15-12-10)

domingo, 12 de diciembre de 2010

Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010

"Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de La Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida..."