(Una crítica teatral de Cristina Lirola y Lorena Luque, 4º C)
Las esposas de los troyanos muertos en la guerra aguardan a ver qué les depara el destino cuando su ciudad, Troya, está a punto de consumirse en llamas… En nuestra opinión la puesta en escena de “Las Troyanas” por el grupo ejidense Norbac Erfus tenía aspectos muy positivos, pero otros bastante primarios. El Caballo de Troya estaba muy bien trabajado y era bastante espectacular, así como los carruajes con materiales reciclables. Pero por otro lado existía atrezo, como los pilares realizados con gomaespuma y pintados con spray, que daban mala impresión. El vestuario era adecuado, aunque algunos de los trajes eran demasiado futuristas para una obra ambientada en esa época. La iluminación era apropiada, jugando con los contrastes del caballo como símbolo de la historia. En cuanto a los actores, la interpretación fue normal -destaca Casandra-, ya que se trata de actores y actrices aficionados, cuyas carreras no se han centrado en la interpretación, eso sí, se han ido formando y trabajando, y son ya muchos los años que realizan espectáculos, por lo que cada año van superando un peldaño más. Para quien no conozca el argumento, el texto a veces se hacía pesado y te perdías en momentos en la historia. La obra tenía momentos de mucha angustia y violencia, como cuando los soldados no dejaban de pegar a las mujeres y al público asistente con una especie de “churro de playa” que no hacía daño, pero hacía bastante ruido y parecía real, una muy buena idea por su parte. Una obra poco entretenida, pero muy bien ambientada y con un texto complejo. Los enamorados de los clásicos y los relatos históricos tienen oportunidad de verla, aunque creemos que el que no la haya visto es porque no ha querido, porque quizá la han explotado demasiado. (La voz del IES Murgi, 15-12-10)