miércoles, 7 de abril de 2010

El misterio de la cripta embrujada


(una lectura para primero de bachillerato)

"Habíamos salido a ganar; podíamos hacerlo. La, valga la inmodestia, táctica por mí concebida, el duro entrenamiento a que había sometido a los muchachos, la ilusión que con amenazas les había inculcado eran otros tantos elementos a nuestro favor. Todo iba bien; estábamos a punto de marcar; el enemigo se derrumbaba. Era una hermosa mañana de abril, hacía sol y advertí de refilón que las moreras que bordeaban el campo aparecían cubiertas de una pelusa amarillenta y aromática, indicio de primavera. Y a partir de aquí todo empezó a ir mal: el cielo se nubló sin previo aviso y Carrascosa, el de la sala trece, a quien había encomendado una defensa firme y, de proceder, contundente, se arrojó al suelo y se puso a gritar que no quería ver sus manos tintas de sangre humana, cosa que nadie le había pedido, y que su madre, desde el cielo, le estaba reprochando su agresividad, no por inculpada menos culposa. Por fortuna doblaba yo mis funciones de delantero con las de árbitro y conseguí, no sin protestas, anular el gol que acababan de meternos."

Este es el comienzo de "El misterio de la cripta embrujada", una novela delirante porque delirante es su narrador, interno de un centro de salud mental, detective improvisado que se verá en la obligación de investigar las enigmáticas desapariciones de niñas del Colegio de las Madres Lazaristas...

La página de Eduardo Mendoza

Y una Guía de Lectura de la novela, que aclara vocabulario y expresiones de cada capítulo e incluye notas sociales y culturales sobre la época en que se sitúa la historia: los años 70 del pasado siglo.